ALBINOLEFFE

Ellos me explicaron que el AlbinoLeffe se había fundado cinco años antes para evitar la desaparición de dos clubs amateurs de dos pequeños pueblos de la provincia de Bergamo, Albino y Leffe, dos pueblos rivales con viejas enemistades históricas que eran absolutamente evidentes en el terreno de la industria téxtil.

En ese momento -o más tarde, ahora no lo recuerdo- supe que el presidente era Gianfranco Andreoletti, el propietario de la fábrica donde se hacen las sorpresas de los Huevos Kinder y que jugaban en Bergamo porque el antiguo estadio del Leffe, el mítico Martinelli no tenía ni marcador electrónico ni luz artificial suficiente.

Ese día, en el campo debiamos ser unas 200 personas. El Comunale de Bergamo tiene una capacidad para 26.000, casi el doble de la poblacion conjunta de ambos pueblos. Es decir, que aunque quisieran llenarlo, no podrían.

De hecho, el pasado 18 de noviembre, el AlbinoLeffe consiguió, por primera vez, llenar el estadio que le acoge en sus partidos como local. La mismísima Juventus de Turín -castigada por la trama de amaño de partidos conocida como Moggi-gate- visitó, en partido de liga, al AlbinoLeffe. Juventinos de toda la provincia se acercaron hasta Bergamo para ver a su equipo batirse contra el AlbinoLeffe. Una vez más, pese a jugar en casa, eran visitantes. El resultado al final de los noventa minutos fue de empate a un gol. Pero eso fue lo de menos.